Seguramente alguno de Ustedes ya conocerá estos componentes que, más que innovar, nos llevan en una dirección relativamente opuesta a la habitual. Hablo de la transmisión de banda o correa para las bicicletas, específicamente para MTB y no, no hablo sólo de bicicletas eléctricas.
La idea no es nueva, de hecho, las primeras motocicletas producidas por Harley Davidson llevaban correas de cuero para transmitir la potencia a la rueda trasera desde la caja de trasmisión. Hoy en día, esta tecnología sigue siendo utilizada por la marca en la mayoría de sus modelos, con algunos detractores que, en cuanto pueden, modifican al formato que utiliza cadena.
Hoy en día lo más habitual al toparse con una bicicleta que lleva correa es que se trate de una e-bike, más esto comienza a cambiar.
La compañía Gates, fabricante de este tipo de correas o bandas para aplicaciones industriales o del sector automóvil ha apostado por esta tecnología, primero para las e-bikes y más tarde para el usuario "regular" de la bicicleta.
Las ventajas de la aplicación son pocas pero contundentes. Disminuye la inversión de tiempo y material para el mantenimiento, ya que se elimina la necesidad de limpiar y lubricar la cadena. Adicionalmente, la resistencia de la banda o cinta a la flexión, torsión o estiramiento puede resultar más resistente que una cadena convencional en circunstancias específicas, dejando atrás el peligro de que la cadena se rompa. A su vez el fabricante afirma que el tiempo de servicio, o duración, es mayor al de las cadenas convencionales.
Otra ventaja, o si así lo prefieren, preferencia, es el hecho de que las bandas están disponibles en distintos colores, lo que añade un toque de personalización que, parece ser, es cada vez más demandado por el usuario de MTB promedio.
En cuanto a los contras, también son bastante claros. La falta de mecanísmos de cambio de velocidades que puedan lidiar con la configuración, lo que, esencialmente, nos deja con una transmisión de relación no variable y, si pensamos en aplicaciones no eléctricas esto nos limita mucho.
Las opciones en este sentido son varias, previendo la complejidad el fabricante, ha desarrollado distintas relaciones entre los platos y piñones.
Por último, y lo pongo como contra por que el precio me parece elevado para lo que se ofrece, está precisamente el costo de la migración a este sistema.
Un costo básico oscila entre los €150-200 por las 3 piezas necesarias, sin considerar si la aplicación específica es de la gama normal o de la gama "carbon", con lo que fácilmente alcanzamos los €300.
¿Son estas restricciones suficientes para impedir que probemos la tecnología? En mi caso particular me encantaría tener la oportunidad, pienso que la sensación ha de ser interesante y, por que no, puede que me resulte más atractivo que el tema "cadena". Eso sí, tendrá que ser una bici urbana o para paseo, que no me veo con piernas para hacer montaña en esta configuración!!!
La idea no es nueva, de hecho, las primeras motocicletas producidas por Harley Davidson llevaban correas de cuero para transmitir la potencia a la rueda trasera desde la caja de trasmisión. Hoy en día, esta tecnología sigue siendo utilizada por la marca en la mayoría de sus modelos, con algunos detractores que, en cuanto pueden, modifican al formato que utiliza cadena.

Hoy en día lo más habitual al toparse con una bicicleta que lleva correa es que se trate de una e-bike, más esto comienza a cambiar.
La compañía Gates, fabricante de este tipo de correas o bandas para aplicaciones industriales o del sector automóvil ha apostado por esta tecnología, primero para las e-bikes y más tarde para el usuario "regular" de la bicicleta.
Las ventajas de la aplicación son pocas pero contundentes. Disminuye la inversión de tiempo y material para el mantenimiento, ya que se elimina la necesidad de limpiar y lubricar la cadena. Adicionalmente, la resistencia de la banda o cinta a la flexión, torsión o estiramiento puede resultar más resistente que una cadena convencional en circunstancias específicas, dejando atrás el peligro de que la cadena se rompa. A su vez el fabricante afirma que el tiempo de servicio, o duración, es mayor al de las cadenas convencionales.
Otra ventaja, o si así lo prefieren, preferencia, es el hecho de que las bandas están disponibles en distintos colores, lo que añade un toque de personalización que, parece ser, es cada vez más demandado por el usuario de MTB promedio.

Las opciones en este sentido son varias, previendo la complejidad el fabricante, ha desarrollado distintas relaciones entre los platos y piñones.


Un costo básico oscila entre los €150-200 por las 3 piezas necesarias, sin considerar si la aplicación específica es de la gama normal o de la gama "carbon", con lo que fácilmente alcanzamos los €300.
¿Son estas restricciones suficientes para impedir que probemos la tecnología? En mi caso particular me encantaría tener la oportunidad, pienso que la sensación ha de ser interesante y, por que no, puede que me resulte más atractivo que el tema "cadena". Eso sí, tendrá que ser una bici urbana o para paseo, que no me veo con piernas para hacer montaña en esta configuración!!!