Tiene lógica y no la tiene. Me explico.
En principio, todo punto de fricción debiera estar lubricado. Pero si ese lubricante acaba haciendo la función de fijador de polvo y tierra, mejor no tenerlo.
En carretera no hay problema con lubricar las coronas y platos, ya que las condiciones de funcionamiento son bastante limpias. Así consigues un funcionamiento silencioso y alargar la vida de la transmisión. Pero en BTT el aceite se ensuciará casi inmediatamente, creando un chapapote abrasivo. Por eso no solo no conviene lubricar los engranajes, sino que es muy importante limpiar el sobrante de la propia cadena.
Con la cera la cosa cambia. La cera es "autolimpiante": la que ha quedado expuesta al exterior se aparta de las zonas de contacto y cae por si sola tras un poco de uso. Como el aceite tarda más en secarse de los piñones, notamos que con la cera la transmisión empieza antes a hacer ruido por contacto cadena-dientes. Los maniáticos del ruido no suelen quedar contentos al descubrir esto, por mucho que la cadena esté protegida correctamente.
En general, si es súper-importante un funcionamiento silencioso, la cera no es lo más adecuado. También he observado muchas veces que el ruido aumenta alrededor de los 40 km de marcha para disminuir unas pocas decenas de kms más tarde, no me preguntéis por qué.